El Dios de Cada Circunstancia
Posted by Richard Harris | | Posted On Saturday, May 29, 2010 at 12:22 PM
Cuando recién nació nuestra niña con síndrome de Down, escuchamos a todo el mundo con sus opiniones negativas. Y también escuchamos a los doctores y sus predicciones negativas. Kim y yo, los dos, estamos bendecidos con un espíritu terco entonces escuchamos pero negamos a sucumbir (o rendirnos) a todas las predicciones. Nuestro espíritu terco nos ha servido bien.
Después de la cirugía del corazón de Gracie, pasamos por un tiempo bastante fácil. El apoyo de muchos fue grande, (y es todavía), las miradas fueron pocas, y parecía que Gracie fue más chica y la gente no pensaba que tenía un retraso en su desarrollo. Muy a menudo nos mirábamos y nos decíamos, “Estos son días fáciles.” Estamos viviendo la realidad de estas palabras en varias formas recientemente.
Durante los últimos meses las cosas han sido mas difíciles que normalmente. A Gracie le gustan las circunstancias aceleradas y no puede estar sola por un minuto sin que algo le pase. Estamos enfrentando el desafío de tener a una niña con necesidades especiales y a veces nos falla la paciencia, no importa el apoyo que tenemos. Cada paseo en el carro, cada comida o visita puede ser una aventura nueva en paciencia.
Si le parece que estoy quejándome, le aseguro que es que quiero ser más honesto que quejarme. No quiere decir que no tengo emociones solamente porque soy pastor o estoy trabajando en la computadora.
Amamos a Gracie, sabemos que ella es especial y no la cambiaríamos por todos los niños “típicos” en este mundo. Cada día nos damos cuenta de que bien están las cosas y reconocemos que otros están en un camino mucho más difícil.
De vez en cuando estoy tentado a sentirme lástima; y en esos momentos Dios llega a tiempo para intervenir. Así fue hace poco.
Hace poco en un partido de soccer asistí a una señora y a su sobrino quien se lastimó y yo estaba ayudándole. Al ayudar me di cuenta que el sobrino, un adulto joven tenía necesidades especiales. Tenía problemas al hablar pero se le podía entender. Al hablar me llevó en un viaje largo de su imaginación. La señora trato de pararle pero yo le interrumpí para que él pudiera hablar y yo escucharle. Yo estaba muy ocupado, pero Dios necesitó interrumpirme por un momento para que yo pudiera apreciar las bendiciones que me da y hacerme acordar de que no me va tan mal.
La señora crió al sobrino desde que tuvo un mes. Ella tuvo tres hijos propios y había estado sin trabajo por mucho tiempo. Ella supo de más luchas o dificultades de los que yo voy a tener. Recibí el mensaje.
Dios es bueno conmigo, cada vez que estoy tentado a tener resentimiento, frustrado o sentirme lástima Dios me lleva a mirar la realidad de las cosas. Le agradezco que me lo haga.
Lo que aprendo en esos momentos con Dios es que estoy bendecido no porque soy mejor que otro, sino que estoy bendecido porque tengo a Dios en mi vida. No es quien tiene lo mejor o lo peor, eso no es lo importante y nunca es así con Dios. Lo importante con Dios es usar cada experiencia a moldearnos más como El todos los días.
Tal vez usted hoy está luchando con algo difícil. Las finanzas están difíciles, algún cambio ha sido difícil, el matrimonio está en dificultades, el trabajo está en peligro, la salud es una lucha o algo del pasado ha aparecido de nuevo.
No podemos relacionarnos en todos estos temas, todos tenemos una necesidad diferente. Pero podemos relacionarnos con un Dios que nos ama cuando estamos en medio de alguna circunstancia difícil. La buena noticia es que tenemos a un Dios así.
Dios no es un Dios lejos o uno hecho de piedra; El es un Dios presente, al lado nuestro en todas las circunstancias. Déjele estar con usted hoy.
La Biblia: Filipenses 4:6,7, “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones, y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Oración:” Querido Señor, tu eres un Señor amado y le damos las gracias que podemos caminar contigo por los días difíciles. Ayúdanos a aprender a valorar el caminar contigo y a valorar las lecciones que nos quieres enseñar. Guíanos en poner en práctica lo que quieres enseñarnos. En el nombre de Cristo, Amen.”